Esa es la conclusión de una investigación sobre la energía mecánica que generan las extremidades inferiores en la locomoción humana. El estudio, llevado a cabo en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en Estados Unidos, encontró que, a diferencia de lo que se piensa, las rodillas no son tan importantes.
Cuando corremos y caminamos éstas generan sólo un 20% o menos de la potencia para movernos. Tal como expresan los investigadores en la revista Interface de la Sociedad Real, el hallazgo podría ayudar al desarrollo de mejores prótesis y otros aparatos de ayuda para movimiento humano.
Las investigaciones sobre la biomecánica de la locomoción humana se habían centrado en todo el movimiento del cuerpo o de toda una extremidad. Pero éste, dicen los científicos, es el primer estudio que se concentra en articulaciones específicas de las extremidades, en este caso, los tobillos, caderas y rodillas. En el estudio participaron 10 individuos que debían caminar y correr a varias velocidades en una máquina para ejercicio especialmente diseñada. Varias cámaras debían captar los movimientos de los pasos y zancadas por medio de marcadores reflectantes que los investigadores colocaron en diversas partes de las extremidades inferiores de los participantes. Al mismo tiempo la máquina captaba los datos de la fuerza aplicada a los movimientos.
El objetivo del estudio era medir las diferencias en la fuerza que se utiliza al caminar y correr en un terreno plano.
La fuerza aplicada al correr y caminar en un terreno inclinado es totalmente diferente, dicen los científicos, y esto no se incluyó en el estudio. Los resultados mostraron que en general, la cadera genera más potencia cuando la gente camina.
Pero esta potencia de la cadera termina cuando el individuo comienza a acelerar el paso, con una caminata “dinámica” a una velocidad de aproximadamente dos metros por segundo.
Hasta ese límite la cadera genera 44% de la potencia para caminar, mientras que los tobillos contribuyen con 39% de energía. Pero cuando los individuos comienzan a correr a más de dos metros por segundo, los tobillos de inmediato “entran en acción” generando 47% de la energía, mientras que la cadera contribuye con 32% de potencia.
A partir de que se incrementa esa velocidad, los tobillos siguen siendo la principal fuente de potencia en la carrera. “Parece haber un intercambio de generación de energía de las caderas a los tobillos a medida que hacemos la transición de caminar a correr” explica el doctor Gregory Sawicki, quien dirigió el estudio.
Y agrega que estos resultados servirán para el desarrollo de nuevas herramientas para la gente que requiere ayuda para caminar y correr. “Si sabemos qué parte de las extremidades inferiores ofrecen más potencia durante las diversas actividades humanas, podemos ayudar a los ingenieros a entender cómo debe ser distribuida la energía mecánica dependiendo de la velocidad y la zancada de una persona”. Por ejemplo, dice el investigador, se podrían desarrollar aparatos de asistencia como exoesqueletos (armazón externo para ayuda de movimiento) o prótesis que contaran con motores tanto en la cadera como en el tobillo.
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