Capsulitis adhesiva (hombro congelado): causas y tratamiento

El hombro congelado, conocido médicamente como capsulitis adhesiva, es una patología frecuente en consulta de fisioterapia que puede afectar gravemente la calidad de vida de quien la padece. Se caracteriza por dolor intenso y rigidez progresiva en la articulación del hombro, que limita el movimiento y las actividades cotidianas, desde vestirse hasta alcanzar objetos.Aunque puede parecer un problema leve al inicio, el hombro congelado puede prolongarse durante meses e incluso años si no se trata de forma adecuada. En este artículo te explicamos sus causas, fases, diagnóstico y los tratamientos más efectivos en fisioterapia.

¿Qué es exactamente el hombro congelado?

La capsulitis adhesiva es una inflamación y retracción progresiva de la cápsula articular del hombro, una estructura que envuelve y estabiliza la articulación glenohumeral. Esta cápsula se vuelve más gruesa y pierde elasticidad, generando dolor y una notable restricción del movimiento.

A diferencia de otras lesiones como tendinitis o roturas musculares, el hombro congelado no afecta directamente al tendón o músculo, sino al tejido conectivo que rodea la articulación.

Fases del hombro congelado

La evolución del hombro congelado suele dividirse en tres fases, aunque su duración puede variar entre pacientes:

Fase Descripción Duración aproximada
Fase 1 – Dolorosa o inflamatoria Dolor intenso, especialmente nocturno. El movimiento comienza a limitarse. 2 a 4 meses
Fase 2 – Congelada o rígida Disminuye el dolor, pero la movilidad se ve muy reducida. 4 a 8 meses
Fase 3 – Descongelamiento o recuperación El dolor desaparece gradualmente y se recupera la movilidad. 6 a 12 meses

El proceso completo puede extenderse hasta 18 meses o más, dependiendo del caso y del tratamiento aplicado.

Causas más frecuentes

Aunque no siempre existe una causa clara, los fisioterapeutas identifican varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar esta afección:

  • Inmovilización prolongada del brazo, por ejemplo, después de una fractura o cirugía.
  • Diabetes mellitus: las personas diabéticas tienen hasta 5 veces más riesgo.
  • Alteraciones hormonales, especialmente en mujeres entre los 40 y 60 años.
  • Problemas tiroideos (hipotiroidismo o hipertiroidismo).
  • Enfermedades autoinmunes o inflamatorias crónicas.
  • Traumatismos leves o microlesiones repetitivas.

En algunos casos, el hombro congelado aparece sin causa aparente, conocido como idiopático.

Diagnóstico fisioterapéutico

El diagnóstico se basa en la evaluación clínica y funcional del hombro. El fisioterapeuta analiza:

  • El rango de movimiento activo y pasivo.
  • El nivel de dolor y su irradiación.
  • Los antecedentes médicos y posibles factores de riesgo.

En ocasiones, se complementa con pruebas de imagen como la ecografía musculoesquelética o la resonancia magnética, que ayudan a descartar otras patologías (tendinitis, roturas, bursitis…).

Tratamiento del hombro congelado con fisioterapia

La fisioterapia es el pilar fundamental para la recuperación del hombro congelado. El objetivo principal es reducir el dolor, recuperar la movilidad y prevenir la rigidez articular. El tratamiento varía según la fase de evolución:

1. Fase dolorosa

En esta etapa se prioriza el control del dolor y la inflamación. Las técnicas más utilizadas incluyen:

  • Terapias de neuromodulación (como NESA Xsignal o EPTE Bipolar) para calmar el sistema nervioso.
  • Radiofrecuencia INDIBA Activ, que mejora la vascularización y acelera la reparación tisular.
  • Crioterapia o Game Ready, para reducir la inflamación local.
  • Movilizaciones suaves y asistidas para mantener la movilidad sin provocar dolor.

2. Fase rígida

Aquí el tratamiento se enfoca en recuperar el rango articular y disminuir la tensión capsular:

  • Terapia manual y osteopatía específica.
  • Movilizaciones progresivas y estiramientos capsulares.
  • Terapia magnética superinductiva (MagRex) para activar musculatura profunda.
  • Ejercicios activos y pasivos, adaptados a la tolerancia del paciente.

3. Fase de recuperación

En esta última fase, el dolor ha disminuido y el objetivo es restaurar la fuerza y funcionalidad completa del hombro:

  • Ejercicio terapéutico personalizado.
  • Reeducación del movimiento y propiocepción.
  • Fortalecimiento muscular gradual.
  • Consejos posturales y pautas de autocuidado para prevenir recaídas.

Pronóstico y recuperación

Con un tratamiento fisioterapéutico adecuado y seguimiento constante, la mayoría de los pacientes logran recuperar entre el 90% y 100% de la movilidad del hombro. El tiempo de recuperación suele ser de 6 a 12 meses, aunque puede acortarse considerablemente con terapias avanzadas y una intervención precoz.

Escrito por

David Marcos

FISIOTERAPEUTA

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